ALCANZANDO LA PARIDAD DE GÉNERO EN LAS SECCIONALES 2023

por Mónica Banegas Cedillo

Matilde Hidalgo de Procel fue la primera mujer en ejercer el derecho al voto en Ecuador, dejando un precedente reconocido a nivel latinoamericano como el primer país donde una mujer ejerció el este derecho. Ecuador conjuntamente con Bolivia y México son los países pioneros en implementar reglas electorales para alcanzar la democracia paritaria, así lo confirman las últimas reformas del 3 de febrero de 2020, sobre binomios paritarios, encabezamiento de listas y la norma que sanciona la violencia política de género. Son avances significativos, sin embargo, a la luz de la aplicación de estas normas en las elecciones generales y seccionales del 2021 y 2023, los resultados alcanzados no superan, tampoco igualan nuestras expectativas. 

Ecuador ha  incorporado legislación que busca fortalecer la participación política de las mujeres, así las últimas reformas al Código de la Democracia aprobadas por la Asamblea Nacional, prometen incrementar la presencia de mujeres en los espacios de poder y toma de decisiones mediante reglas de paridad, alternabilidad y secuencialidad entre mujeres y hombres. Estas últimas reformas indican un avance progresivo partiendo de las últimas elecciones generales de 2021 en el país. La Fundación Haciendo Ecuador junto al Observatorio de la Participación Política de la Mujer hizo un trabajo de identificación y veeduría a las elecciones seccionales del 2019 y 2023, estos son los datos, en el 2019 fueron electas 4 mujeres de 23 prefecturas, mientras que, en los comicios del 2023 ganaron 7. En cuanto a las 221 Alcaldías, 18 mujeres ganaron en 2019, y en las elecciones seccionales del 2023 42 mujeres. Aumentando la representatividad femenina en un 11% en comparación con el año 2019.  

De llegar a cumplirse correctamente la norma vigente, el panorama será diferente para las futuras elecciones, se espera que para 2025 se logre alcanzar el 50% respecto a la representación política de mujeres de todas las listas pluripersonales y unipersonales, incluyendo las elecciones primarias o procesos electorales internos, según lo establecido en el artículo 99 en concordancia con la disposición transitoria tercera del Código de la Democracia. La implementación de las cuotas de género y las acciones afirmativas en el Código de la Democracia constituyen avances significativos en el país, sin embargo, aún no se puede hablar de una eficacia real. Esto se debe a la realidad de las organizaciones políticas que cumple la norma únicamente por seguir el marco legal nacional y conseguir la aprobación de inscripción de candidatura ante el organismo electoral, sin embargo,  cuando de predisposión política se trata, los mismos integrantes de los partidos limitan las oportunidades y los accesos de sus compañeras mujeres. La decisión de quienes lideran las organizaciones políticas es colocar a las mujeres a liderar listas en circunscripciones electorales donde no tienen oportunidades de ganar, y aseguran el liderazgo de un hombre en el territorio electoral donde el partido es fuerte y tiene mayores opciones, esto significa que siguen usando la norma en perjuicio de la mujer. 

El aumento en representatividad femenina en la política constituye un gran reto entre los derechos políticos de las mujeres, queda mucho trabajo por hacer, por ejemplo las mujeres deben seguir encabezando listas, la votación debe mantenerse en lista cerrada y bloqueada, los distritos electorales deben ser pares, las mujeres deben pertenecer a organizaciones políticas grandes con capacidad de poner la mayor cantidad de listas en los 24 territorios del país, la norma electoral debe direccionar fondos para las campañas electorales y la capacitación de mujeres afiliadas, adherentes y militantes; y sobre todo las mujeres deben, durante todo el ciclo electoral y el ejercicio de su cargo, desempeñarse en espacios libres de violencia en equidad de condiciones porque cuando una mujer avanza, un hombre no retrocede. 


Mónica Banegas Cedillo

Columnista y analista política