Desestimado Guillermo

por Andrés Reliche

Desestimado Guillermo 

Por un estricto sentido de educación y cortesía debía empezar esta carta anteponiendo la palabra “estimado” antes de tu nombre de pila (uno de los tres nombres con los que te bautizaron tus padres). Aunque lo pensé varias veces, creo que en este punto de la historia no mereces ni eso. Le has hecho tanto daño al país que lo que mereces no es respeto sino repudio.

Quisiera plasmar tantas cosas, quisiera transmitir en estas líneas lo que veo y escucho, el fastidio, el cabreo que los ecuatorianos tienen hacia ti, pero no me alcanza el espacio y, además, prefiero tragarme todos los adjetivos que realmente mereces.  

Tu régimen de mediocridad, incapacidad, dolor y muerte ha llegado a su fin porque tú mismo pusiste cuenta regresiva al mismo al activar la muerte cruzada, que más fue un recurso desesperado ante la inminente destitución en la Asamblea Nacional, por más detestable que esta haya sido.

Si para algo sirvió la muerte cruzada fue para comprobar, para quienes aún por conveniencia o por ceguera, seguían creyendo o apostando por tu desgobierno, que el problema no era la Legislatura sino la falta de capacidad tuya y de tu equipo ministerial.

De nada sirven las cifras que lanzas (y has lanzado) al aire de manera descarada y cínica en esas aburridas y extensas cadenas nacionales que, cuando eras candidato criticaste y juraste que ibas e erradicar. 

Decías que estabas preparado para gobernar y buscaste el poder durante doce años. Entre las tantas ofertas demagógicas (porque es fácil hablar cuando no se tiene conocimiento de la realidad), le dijiste a los ecuatorianos que en los primeros 100 minutos de tu gobierno –junto con tu equipo- prepararían un plan para solucionar los problemas del país.

Pero ¿cuál ha sido tu legado? Dejar al Ecuador sumido en la desesperanza, con una deuda externa que bordea los 80 mil millones de dólares, con la red de vías totalmente destruida y falta de mantenimiento, con apagones por la falta de previsión, con el uso discrecional de las empresas públicas, corrupción campeante, inseguridad y muerte (en lo que va del año 2023 se registran más de 5.000 muertes violentas).

Esto es solo una muestra de lo que es tu “legado”, una herencia de muerte y, lo que es peor, la normalización de la violencia al punto de que los secuestros, las extorsiones, los cadáveres colgados de puentes, los cuerpos desmembrados, el miedo, el llanto de las madres, hermanas, amigos que pierden a sus familiares, el horror, es ya parte del paisaje cotidiano.

En las últimas horas de tu decadente gestión has dado un espectáculo bochornoso advirtiendo que regresarás supuestamente para poner orden y continuar con el “trabajo de servicio al pueblo”, y has vociferado señalando a otros políticos por las cosas que tú no has logrado ni tan siquiera ordenar.

Entonces ¿para qué quieres regresar? Será que no fueron suficientes los 36 viajes que junto a una pasajera frecuente, tu cónyuge María de Lourdes, realizaste al extranjero, que es más que los meses que ostentaste el cargo, un cargo que evidentemente te quedó muy grande. O será que, en tu delirio, crees que aún faltan fotos para agregar a tu álbum familiar…

No Guillermo. Si bien es posible que puedas postularte, el pueblo es demasiado sabio para entender que eres un mentiroso, un farsante de la política. Quédate cuidando a tus nietos. Quédate engordando las cuentas del Banco de Guayaquil. Quédate poniendo las manos al fuego por tu gran padrino político, por tu mentor, tu cuñado Danilo.

El país te repudia. Y no alcanzarán tus conocidas fábulas, cargadas de palabrotas que, la verdad, te lucen ridículas, nombrando a tus adversarios políticos para cubrir tu flagrante mediocridad. 

Parafraseando uno de esos libros que estás acostumbrado a lanzar (y que obviamente no los escribes tú) otro Lasso, es imposible. 


Andrés Reliche 

Columnista

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