DÉFICIT FISCAL Y DECISIONES

por Amanda Hidalgo Astudillo

“Too Big to Fail” (Demasiado grande para fallar) es una película dirigida por Curtis Hanson, basada en el libro del mismo nombre escrito por Andrew Ross Sorkin, se centra en los acontecimientos que rodearon la crisis financiera mundial de 2008, la burbuja inmobiliaria, los efectos de la quiebra de Lehman Brothers, el rol de la Reserva Federal y el Tesoro de los Estados Unidos, la creación de una ley de urgencia para inyectar capital en el sistema financiero y cómo este capital sin regulación fue mal utilizado. El rol de los líderes políticos y empresariales que intentaron evitar el colapso del sistema bancario estadounidense y el aumento del déficit fiscal en una economía profundamente relacionada con las grandes potencias mundiales. En esta película se puede ver como el déficit fiscal afecta inmediatamente la situación y cómo la misma empeora si los líderes no toman medidas de contención para abordarlo, además nos permite observar cómo los intereses personales afectan y dificultan la solución de este problema tan grande.

El déficit fiscal es un tema macroeconómico de constante preocupación, un término que hace referencia a la situación en la que los gastos del gobierno exceden los ingresos, dando como resultado un desequilibrio presupuestario, lo que conlleva a la necesidad de financiamiento a través de préstamos o emisión de bonos de deuda. En Ecuador, el déficit fiscal es un tema álgido para los economistas, gobierno y sociedad en general debido a varios factores, como el nivel de gasto público, la caída del precio del barril de petróleo, los altos niveles de corrupción y el impacto de la pandemia COVID-19 en el sistema. En este contexto es importante analizar los efectos que tiene el déficit fiscal en el Ecuador y las medidas que se pueden tomar para abordar este problema y así, garantizar la sostenibilidad financiera.

Pero no solo la crisis política es preocupante, además de ser el principal problema puesto que es sumamente difícil tomar decisiones en climas de incertidumbre. La situación económica se ha visto afectada en el primer trimestre de 2023 por una reducción en la recaudación de ingresos debido a la caída del precio y la producción de barril de petróleo, afectada por desastres naturales que generaron una drástica reducción en el bombeo según declaraciones de personeros de PetroEcuador. La Proforma 2023 fue elaborada con un precio de barril de petróleo de $64,8 pero el precio actual está por debajo de esa cifra, bordeando los $50. Además, se esperaban 1000M por la concesión de activos del Estado, sumado a un riesgo país muy cerca de alcanzar los 2000 puntos, lo que pone cuesta arriba el acceso a más financiamiento externo para el Ecuador.

Los ingresos por venta de crudo superan apenas los 301M en este primer trimestre del 2023, por lo que, el Estado necesita endeudarse para financiar este desfase en el presupuesto. Esta reducción representa el 56% menos de los ingresos por el mismo rubro en el mismo período trimestral pero de 2022, donde se alcanzó los 668M.

Algunos factores que acentúan el déficit fiscal incluyen, los niveles de gasto público fijo y corriente, la caída de la recaudación tributaria, recesiones económicas, estancamiento de la economía productiva y generadora de valor, incremento de intereses por deuda o caída de bonos del Estado, por ejemplo si un gobierno tiene una gran cantidad de deuda, los intereses de esa deuda pueden consumir una gran parte del presupuesto general, por lo que cobra gran importancia el rol de las renegociaciones y la disminución del riesgo país, entre otros factores.

El manejo del déficit fiscal puede representar un desafío importante para los gobiernos dolarizados puesto que acarrea consecuencias de corto y largo plazo en la economía y en la confianza de los inversionistas. Podríamos revisar algunas alternativas para manejar este problema como las que menciono a continuación: Reducir gasto corriente en áreas no vulnerables, incentivos a la recaudación como el fortalecimiento del crédito tributario o aumento de gastos personales deducibles, fomento al crecimiento económico mediante la implementación de políticas que promuevan la inversión y el desarrollo económico en general, reducción del costo de la deuda extendiendo plazos de pago y negociando tasas de interés.

Hablando sobre financiamiento vía deuda, vale la pena revisar los niveles que ha conseguido levantar el gobierno ecuatoriano. Para el 31 de marzo de 2023 esta cifra bordeó los 1305M en búsqueda de sostener el desfase presupuestario. El déficit también encuentra asidero en el pago de Impuesto a la Renta, cuyo incremento que fue un duro golpe para la clase media, para finales de marzo, la recaudación tributaria llegó a 3665M.

Sin embargo, el choque a la producción petrolera si enciende una alarma en el plan para manejar el déficit fiscal, el Banco Central del Ecuador reconoce que pronostica que la producción anual baje en un 10%, lo que significa que de los 188M de barriles proyectados, sólo se alcanzará a producir 178M, además la institución observa una desaceleración de los niveles de exportación del país.

Durante las últimas décadas, el Ecuador ha tenido que lidiar con la presencia permanente de déficit significativo, lo que incrementó la deuda pública a tasas crecientes y rápidas. Sobre este escenario, todo parece indicar que para este año las cosas no serán muy diferentes. Debido a la caída de la producción de petróleo, los ingresos para el Estado no alcanzarán a cubrir los gastos. En el texto Large Changes in Fiscal Policy: Taxes Versus Spending, los autores Alberto Alesina y Silvia Ardagna reflexionan sobre la valoración entre apretar el cinturón del gasto público o el bolsillo de los ciudadanos: "la literatura empírica sugiere que, en promedio, los ajustes fiscales que se basan en recortes de gasto son menos perjudiciales para el crecimiento que los ajustes basados en aumentos de impuestos" (2010).

Inicialmente el Ecuador esperaba un déficit fiscal de 2652M, pero al día de hoy esa cifra alcanza los 2814M. Además, dentro de la venta anticipada de activos estatales, el proyecto de venta del Banco del Pacífico no llegó a concretarse como lo pronosticaba el gobierno, esto sumado a un alto clima de incertidumbre política y todo lo relacionado al proceso de juicio político que el presidente Lasso aún debe atravesar en el que deberá responder a los cuestionamientos calificados por la Corte Constitucional, lo que dificulta también la colocación de más bonos de deuda sumado a una tasa de interés proyectada sobre los mismos que alcanza el 22% efecto del alto riesgo país.

La confianza es un activo muy frágil, y en los mercados financieros se erosiona muy fácilmente, recuperar la confianza en las instituciones sin aplicar medidas responsables y competentes puede tomar mucho más que 100 minutos.


Amanda Hidalgo Astudillo 

Economista